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Sebastián Piñera: el creador de la Pensión Garantizada Universal que transformó el sistema previsional chileno

En medio de un clima político polarizado, fue el gobierno de Sebastián Piñera el que impulsó, diseñó y concretó la Pensión Garantizada Universal (PGU), una reforma histórica que cambió el modelo previsional chileno, ampliando la cobertura a más de 2,4 millones de adultos mayores. El proyecto, aprobado casi por unanimidad en el Congreso, fue financiado con recursos fiscales y se transformó en uno de los legados sociales más relevantes del expresidente.

El nacimiento de una idea que cambió la política social chilena

Corría diciembre de 2021. Mientras Chile enfrentaba las secuelas económicas y sociales de la pandemia, el entonces presidente Sebastián Piñera sorprendió con un anuncio que marcaría un antes y un después en la política social del país: la creación de la Pensión Garantizada Universal (PGU), un beneficio estatal destinado a todos los mayores de 65 años pertenecientes al 90 % más vulnerable de la población.

En su discurso desde La Moneda, Piñera fue categórico:

“Ningún adulto mayor debería vivir su vejez en la pobreza. Por eso, hoy enviamos al Congreso un proyecto que crea la Pensión Garantizada Universal para todos los chilenos mayores de 65 años del 90 % más vulnerable.”

Con esas palabras, nacía la iniciativa más ambiciosa de su segundo mandato. El mensaje no sólo apuntaba a mejorar las pensiones, sino también a reemplazar el antiguo Pilar Solidario, heredado del gobierno de Michelle Bachelet en 2008, por un sistema más amplio, equitativo y de cobertura universal.

La PGU, desde su concepción, fue diseñada como una política de Estado, con financiamiento estructural y visión de largo plazo. No se trataba de un simple reajuste, sino de una nueva base de protección social para los adultos mayores chilenos, sin importar si cotizaron o no en el sistema de AFP.

Del anuncio a la ley: cómo Piñera logró el consenso político imposible

El proyecto de ley que creó la PGU fue ingresado al Congreso a fines de 2021. En ese momento, el ambiente político era tenso: el país acababa de salir de un ciclo electoral polarizado, con un Congreso dividido entre fuerzas de izquierda, centro y derecha. Sin embargo, el Ejecutivo de Piñera logró algo que pocos gobiernos habían conseguido en materia previsional: un consenso transversal.

El 4 de enero de 2022, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto con 138 votos a favor y ninguno en contra. Una cifra inédita en la historia legislativa reciente. Parlamentarios de todos los sectores —desde la UDI hasta el Partido Comunista— respaldaron la iniciativa del gobierno, reconociendo su importancia y urgencia.

El entonces ministro del Trabajo, Patricio Melero, lo calificó como “un hito histórico para la seguridad social en Chile”.

Tras su paso por la Cámara, el proyecto fue rápidamente visado por el Senado, donde también recibió apoyo mayoritario. El financiamiento de la PGU, mediante una ley complementaria que modificó exenciones tributarias, fue aprobado con 29 votos a favor y sólo una abstención, lo que permitió su promulgación antes de finalizar el mandato de Piñera.

La PGU quedó consagrada en la Ley N° 21.419, publicada en el Diario Oficial el 29 de enero de 2022, exactamente un mes antes del término del gobierno.

La estructura del beneficio: un nuevo modelo de solidaridad estatal

La PGU fue concebida para reemplazar completamente el Pilar Solidario, ampliando su cobertura del 60 % al 90 % más vulnerable de los adultos mayores.

El beneficio, pagado mensualmente por el Estado a través del Instituto de Previsión Social (IPS), comenzó con un monto de $185.000 pesos mensuales, cifra que posteriormente se ajustó por IPC y hoy supera los $224.000 pesos.

El cambio fue estructural:

  • Los antiguos beneficiarios de la Pensión Básica Solidaria (PBS) y del Aporte Previsional Solidario (APS) fueron incorporados automáticamente a la PGU.
  • Se eliminó la exigencia de no estar trabajando o de estar jubilado, permitiendo recibir el aporte incluso a quienes aún continuaban en la fuerza laboral.
  • El criterio de focalización se amplió, incluyendo a más de 2,4 millones de personas mayores de 65 años, según cifras del Ministerio de Desarrollo Social.

En palabras de Piñera durante la promulgación:

“La PGU representa un cambio profundo. Ya no se trata de un beneficio focalizado sólo en los más pobres, sino de un derecho social para la gran mayoría de nuestros adultos mayores.”

Un legado con cifras: a cuántos chilenos beneficia

A dos años de su implementación, los resultados son contundentes:

  • Más de 2,4 millones de adultos mayores reciben la PGU o están en proceso de acceder al beneficio.
  • Representa un aumento de 600.000 beneficiarios respecto del sistema anterior.
  • El 90 % de la población mayor de 65 años queda cubierta por este aporte.
  • La PGU tiene un costo fiscal aproximado de 0,95 % del PIB, según el Ministerio de Hacienda.

Estas cifras confirman la magnitud de la reforma. En palabras de la economista Cecilia Cifuentes, investigadora del ESE Business School:

“El reemplazo del Pilar Solidario por la PGU fue la reforma más importante del gobierno de Piñera. Significó una mejora real en la calidad de vida de millones de adultos mayores y un salto cualitativo en la política social chilena.”

El financiamiento: una ingeniería fiscal para asegurar su permanencia

Uno de los aspectos más discutidos fue cómo financiar la PGU sin comprometer la sostenibilidad fiscal. Piñera optó por un modelo mixto de financiamiento estatal, basado en tres pilares:

  1. Eliminación de exenciones tributarias: Se aplicó un impuesto del 10 % a las ganancias de capital y se modificaron exenciones al IVA y a los fondos de inversión, con una recaudación proyectada de 0,35 % del PIB.
  2. Reducción del aporte al Fondo de Reserva de Pensiones (FRP): Se rebajó de 0,2 % a 0,1 % del PIB, liberando recursos equivalentes a 0,1 % del PIB para financiar la PGU.
  3. Reasignaciones presupuestarias y recursos estructurales del Tesoro Público: Aportaron el 0,4–0,5 % restante del PIB, permitiendo cubrir el costo total de 0,95 %.

El Ministerio de Hacienda, entonces liderado por Rodrigo Cerda, aseguró que el mecanismo “garantizaba la sostenibilidad de la PGU en el tiempo, sin aumentar la deuda pública”.

La PGU no se financia con cotizaciones previsionales de los trabajadores, sino exclusivamente con fondos estatales, lo que la convierte en un pilar 100 % solidario, administrado por el Estado.

El debate parlamentario: cómo votaron los diputados y senadores

El trámite legislativo de la PGU fue una muestra excepcional de unidad política en tiempos de división.

Cámara de Diputados: unanimidad en la votación

  • Sesión del 4 de enero de 2022:
    • 138 votos a favor, 0 en contra, 0 abstenciones.
    • Apoyaron todas las bancadas: Chile Vamos, Frente Amplio, Partido Comunista, DC y el PS.

El diputado socialista Leonardo Soto señaló en esa sesión:

“Aplaudo que un gobierno de derecha haya puesto en el centro de la agenda a los adultos mayores. Este es un paso que debimos haber dado hace años.”

Senado: respaldo transversal

  • Votación de enero de 2022:
    • 29 votos a favor, 1 abstención, 0 en contra en la ley de financiamiento.
    • Votaron a favor senadores de todos los sectores, incluidos Yasna Provoste, Francisco Chahuán, Ximena Rincón y José Miguel Insulza.

El Senado aprobó el proyecto en menos de dos semanas, permitiendo su promulgación antes del cambio de gobierno.

En los registros de la Biblioteca del Congreso Nacional (Ley 21.419), queda constancia de que la PGU fue aprobada sin oposición política significativa, un logro poco común en materia previsional.


Piñera, el gestor de un consenso improbable

En plena recta final de su mandato, cuando la tensión política dominaba la agenda, Piñera logró lo que parecía imposible: acordar una reforma social estructural con el apoyo de todo el espectro político.

El entonces presidente no sólo presentó la idea, sino que lideró personalmente las negociaciones con los partidos y bancadas del Congreso, junto a los ministros Rodrigo Cerda (Hacienda) y Patricio Melero (Trabajo).

Según relatan asesores de esa época, Piñera seguía día a día las sesiones legislativas y exigía informes detallados de las conversaciones con la oposición. Su objetivo era claro: que la ley estuviera promulgada antes del término de su gobierno.

Y lo consiguió.

El 29 de enero de 2022, en una ceremonia en La Moneda, Piñera promulgó la PGU y declaró:

“Esta es una buena noticia para Chile. Es una reforma justa, necesaria y posible, que mejora las pensiones hoy, no mañana. Hemos cumplido con nuestros adultos mayores.”

Un legado que trasciende gobiernos

A más de tres años de su aprobación, la Pensión Garantizada Universal sigue siendo el pilar central del sistema de apoyo a la vejez en Chile.

El gobierno actual —de signo político opuesto— ha mantenido y ampliado la PGU, incluso proponiendo aumentar el monto a $250.000 pesos mensuales. Pero la base del sistema, su estructura legal y su financiamiento, se mantienen idénticos a los diseñados por Piñera y su equipo.

Incluso líderes opositores a su gestión han reconocido el mérito del exmandatario. En una entrevista posterior, la senadora DC Ximena Rincón afirmó:

“La PGU fue una buena política. Hay que reconocer que el gobierno de Piñera supo construir un consenso donde antes había sólo divisiones.”

Por eso, en la práctica y en la memoria institucional, la PGU es considerada una política de Estado nacida bajo el liderazgo de Sebastián Piñera.


Impacto social: una mejora real en las pensiones

De acuerdo con cifras del Instituto de Previsión Social (IPS), la PGU ha permitido que ningún adulto mayor del 90 % más vulnerable viva con ingresos inferiores a la línea de pobreza.

Además:

  • El 55 % de los beneficiarios son mujeres.
  • El 62 % pertenece a los dos primeros quintiles de ingresos.
  • Un 25 % de los beneficiarios aún trabaja y recibe la PGU sin restricciones.

Para miles de adultos mayores que antes recibían pensiones bajo $100.000 pesos, el salto ha sido significativo.

La economista Alejandra Cox, expresidenta de la Asociación de AFP, lo resumió así:

“La PGU fue el paso más importante en materia previsional de los últimos 15 años. Es una base sólida sobre la cual cualquier gobierno puede construir una reforma más integral.”


Una reforma con sello presidencial

En retrospectiva, la PGU no fue sólo una ley. Fue una decisión política audaz, tomada en los últimos meses de un gobierno presionado por múltiples crisis: la pandemia, el estallido social y una economía en recuperación.

Pese a ello, Piñera eligió impulsar una política de unidad nacional, enfocada en el bienestar de los adultos mayores.

Los hechos son claros:

  • El proyecto fue diseñado, presentado y aprobado bajo su administración.
  • El financiamiento fue definido por su Ministerio de Hacienda.
  • La implementación inicial comenzó en su mandato, en febrero de 2022.

En consecuencia, más allá de matices ideológicos, la historia reconocerá que Sebastián Piñera fue el creador y gestor de la Pensión Garantizada Universal, una política que transformó la seguridad social en Chile y que, hasta hoy, constituye la base del sistema previsional solidario del país.


Conclusión: el legado de Piñera y la PGU

La Pensión Garantizada Universal no surgió de la casualidad ni de un comité técnico. Fue el resultado de una visión política concreta: que la dignidad en la vejez debía ser un derecho, no un privilegio.

Sebastián Piñera tomó esa convicción y la tradujo en una ley de la República, con respaldo transversal y financiamiento sostenible.

Hoy, millones de adultos mayores reciben cada mes un apoyo directo del Estado gracias a esa decisión. La PGU no sólo mejoró pensiones: cambió la forma en que Chile entiende la seguridad social.

Por eso, más allá de los debates partidarios, los hechos permanecen:

  • Fue Piñera quien la creó y presentó.
  • Fue su gobierno el que la financió y promulgó.
  • Y fue su liderazgo el que logró unir al Congreso en torno a una causa común.

En la historia reciente de Chile, pocas políticas sociales han logrado tanto consenso y continuidad. Y la PGU, sin duda, lleva el sello indeleble de Sebastián Piñera, su creador y principal artífice.

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